jueves, 13 de mayo de 2010

La Pesadilla del Lagarto


“Después de una larga siesta, una tarde Eduardo Villena, cuando despertó de un extraño sueño, se vio en su sofá convertido en un grande, escamoso y horrendo lagarto. Se encontraba recostado sobre su espalda, la cual ahora estaba cubierta por una piel oscura y reseca, y, de casualidad, levantó ligeramente su gran cabeza, se percató de la nueva forma de su tórax y su vientre, vio que estaban revestidos de callosidades, la manta que lo protegía del intenso frío estaba ya casi en el suelo. Sus patas, las garras que de ellas se desprendían, su larga cola y el enorme hocico que reemplazaba su boca, le brindaban a sus ojos toda una experiencia sin precedentes, que escapaba de su lógica.
-¿Cómo ocurrió esto?
No era un sueño, no era una pesadilla, no, era la realidad, su nueva realidad…”

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