jueves, 29 de abril de 2010

La Última Promesa


Llegué a Lima en busca de mi hermana, alguien llamada Alejandra García. Fue mi abuela quien me lo contó. Le hice la promesa de que vendría a buscarla luego de su muerte. La tomé de la mano, para que supiera que cumpliría con mi promesa, y como ella estaba en su lecho de muerte, yo le hubiese prometido cualquier cosa que ella me pidiera. “Cumple tu palabra – me dijo. Se llama tal y tal y vive en tal lugar. Te aseguro que estará contenta de conocerte”. Solo me quedó decirle que haría todo lo que acababa de decir, y seguí repitiéndolo una y otra vez, hasta que me di cuenta de que no quería soltar sus manos ya sin vida.

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